Les voy a contar un secreto, un secreto profundo,
hoy recibí un tesoro enorme, hoy era él apoyando su cabeza sobre mi pecho, dos veces.
Hoy era él buscando amor en mí, quizás como un impulso, quizás sin quererlo pero deseándolo,
casi como un perro con miedo que busca amor y se inclina hacia una persona,
hoy era él mirándome a los ojos y sonriendo, 
y cuando digo mirándome a los ojos me refiero a una inmersión que casi asusta,
pareciera que llega desde los ojos al corazón, haciéndonos los tontos los dos,
jugando a "no sentir nada".

Sin embargo me encanta ser tu nada, tu nada tan libre.