Acababan de engañarme, en mi cara. No podía sentirme tan pelotuda y enojada.
Me tomé un taxi hacia una casa desconocida. Era una fiesta de pocas personas.
Tome el vaso de vino hasta que me canse y subí furiosa las escaleras, donde encontré muchas puertas. Decidí entrar en la ultima.
Era un estudio, perfectamente diseñado, tenía guitarras, piano, batería y muchos discos... la batería estaba derecho a la puerta así que decidí tocar con toda mis ganas.
De pronto escucho una voz en la habitación, había un chico tirado, o sentado en el piano, no me acuerdo.
- tocas la batería ?
-algo asi....
Y así empezó nuestra charla.
Mas tarde bajamos, estabamos haciendo un juego. Faltaban sillas así que el se ofreció para que me pudiera sentar en sus piernas.
Pasaba el tiempo y cada vez podía sentir sus manos abrazarme.
Quería besarlo y a la vez no. No quería que fuera por despecho, pero me encantaba como me trataba él.
Mejor la termino aca
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Me corto las venas si llega a leer esto.
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